Los países subdesarrollados han descubierto que el desarrollo alcanzado por los actuales países desarrollados, no ha sido el control de las variables macroeconómicas a través de los programas de ajustes estructurales, aplicados como recetas médicas, sino por la inversión en I+D dirigida a generar nuevos productos y procesos eficientes y de calidad, que a su vez generan excedentes en la producción, con lo que finalmente han llegado a competir en los mercados internacionales. Esto se ha traducido en mayor riqueza para los países que hoy día le prestan mayor interés a la inversión en investigación y desarrollo.
En la actualidad, uno de los conceptos de mayor relevancia es el coeficiente que surge de la relación entre I+D y el PIB.
La mayoría de los países desarrollados se ha percatado de que parte del desarrollo que ha llevado a mejorar el nivel de vida de sus habitantes, proviene de una inversión en I+D que ronda el 3% del producto interno bruto.
La inversión en I+D en los países subdesarrollados, como los de América Latina, no llega al 1% del PIB, mientras que los países en vías de desarrollo, específicamente algunos países asiáticos, han superado el 2%.
Algunos países subdesarrollados han establecido como metas a largo plazo, una inversión en I+D que supere la barrera del 1%, y los países en vías de desarrollo quieren alcanzar el 3%.
Si hacemos un cuadro comparativo de la cantidad de estudiantes de Licenciaturas, Post-Grados, Maestrías y Doctorados que están generando investigaciones en relación a este % adecuado para podernos considerar como pais en vías de desarrollo nos encontraremos con una cruda realidad, no observable por los gobernantes de turno, ni mucho menos por las autoridades académicas.
Es una premisa el decir que la Investigación y el Desarrollo NO PAGA, por lo cual muchos talentos investigadores emigran a paises de primer mundo donde se les valora por su trabajo y capacidad. La fuga de talentos hacia otras latitudes es una causa directa del fenómeno de la NO INVERSION adecuada en programas de investigación dentro de las universidades, peor aún si no se incentiva dichas actividades.
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